4.2 Resistencia viral de la co-infección viru-celular
Hasta el momento, se han descrito 3 niveles de asociación y co-evolución, huésped artrópodo (1) de las avistas parasitoides (2), que emplean PDVs como antígenos inmuno-comprometedores, pero esta historia está lejos de terminar ahí, uan cuarta interacción complica más el escenario. Esta última como estrategia defensiva de los hospederos (1) de las avispas parasitoides y sus virus simbiontes (2 y 3). El cuarto miembro de la interacción son bacterias endosimbiontes cuticulares de insectos, capaces de protegerlos contra el parasitismo.
Debido al potencial en el uso agricola de holobiontes avispa-PDVs, se ha intentado realziar control biológico de insectos cosiderados plaga, que, sin embargo son capaces de resistir a las avispas parasitoides, esto a razón de de la asociación entre la bacteria Hamiltonella defensa y el áfido Acyrthosiphon pisum, que es protegido, en parte, por proteínas que aquellas bacterias sintetizan en su cutícula [26]. Curiosamente, en cuanto al origen de las proteínas protectoras, estas se han asociado al bacteriofago lambda (λ), denominado A. pisum secondary endosymbiont (APSE) [26]. En particular, una variante del Fago APSE-2 expresa una toxina importante para proteger al áfido, la cytolethal distending toxin (cdtB), un gen considerado como factor letal de parasitoide, cuya lista aún continúa en crecimiento en investigaciones recientes [26], [27].
El caso de las avispas parasitoides asociadas con virus es un ejemplo dorado para el estudio de la biología y ecología de los virus, como era de esperarse concluimos este post renunciando a una biología sin éstos, pues considerar a los virus como elmentos importantes en las redes tróficas ha demostrado no solo ser necesario, sino esclarecedor, aunque al mismo tiempo confuso y complicado, pero sobretodo nos ofrece una visión más integral y visceralmente biológica; siempre y cuando tengamos en cuenta que, el ejemplo dorado de este post no es más que un puñado de puntos en la constelación de las interacciones biológicas, que durante los últimos 3,600 millones de años de evolución han venido estableciéndose a todas las escalas de observación (desde molecular hasta organísmica-holobionte, ecológica) y abren el espacio para nuevas interpretaciones de la vida, de la identidad, lo social, de la cooperación y en general de la viro-evolución biológica, o evolución incluyente de los virus [19], [20], [21].