10.3 Bases del modelo IDP-ABO
Ahora bien, antes de entrar a las evidencias del modelo IDP-ABO, es improtante introducir algunas bases conceptuales sobre las que reposa.
La base molecular del tipo sanguineo con la que cada ser humano nace está determinada por el tipo de glúcido terminal adicionado por una enzima glicosiltransferasa codificada ya sea por el alelo \(i^A\) (N-Acetilgalactosamina), \(i^B\) (Galactosa) o el alelo no funcional \(i\). El sistema ABO es tan solo 1 de los 36 sistemas sanguíneos, junto con el sistema Rh (codificado por un gen independiente, en este caso con tan solo dos alelos, presencia “+” y ausencia o “-”), siendo estos dos los sistemas más conocidos e importantes a la hora de realizar transferencias sanguíneas o de órganos [52]. Su importancia radica en que este antígeno es adicionado a lípidos de membrana y múltiples tipos de proteínas en varios tipos de células (Figura 3), haciendo a esta modificación prácticamente ubicua en el cuerpo y no solo en los eritrocitos como se suele creer. Como organismos diploides, todas nuestras células portan dos alelos de este gen. La combinación de los 3 alelos en parejas forman el genotipo, que junto a la regla de dominancia serial:
( \(i^A\) = \(i^B\) ) > \(i^O\)
Que significa que los alelos \(i^A\) e \(i^B\) son igualmente dominantes entre sí, es decir se expresan en conjunto, sin embargo, en presencia del alelo \(i^A\) o \(i^B\), se compensa la ausencia de glúcido a causa de la carencia del alelo \(i^O\). Con esta regla se determina el grupo sanguíneo al que pertenecemos, descritos más claramente en la figura 2.