8 ¿Es universal el código genético?
Biosemiótica del código genético y el rango de hospedero viral
En el contexto educativo y en los libros de texto se suele mencionar que el código genético es universal, es decir, el conjunto de reglas que utilizan los ribosomas para interpretar y traducir el contenido del ARN mensajero en aminoácidos concretos es uno solo. Algunos libros especializados son modestos y precisos, mencionan que el código es parcialmente universal. Aún muchos menos libros son capaces de ir más allá y denunciar el carácter metafórico del lenguaje empleado, un lenguaje tomado prestado de la semiótica o la lingüística ([38]).
Un préstamo que no quiere decir que desde la filosofía de la biología y la biología teórica haya pasado desapercibido, desde estas áreas hay incluso defensores del uso de la semiótica en la biología, con lo que se designa al estudio de los signos y las formas en que se construye y se transmite el sentido durante la comunicación. Unión que ha venido a llamarse como biosemiótica, o el estudio evolutivo y ecológico de los signos biológicos y su interpretación en los sistemas de comunicación no-humanos ([38] y [39]).
Dentro de este contexto la pregunta por la universalidad del código genético se puede reformular como, ¿está la comunicación bio-molecular mediada por un único idioma, o sistema de codificación y decodificación?, ¿es la biología molecular el estudio de un único idioma molecular?.
En este contexto el adjetivo de parcial cobra mayor relevancia, ya que alude a la existencia de un código común a un amplio número de organismos, cuestión que no es libre de discusión. La diversidad descubierta hasta el momento soporta al menos dos idiomas moleculares de traducción, eso sí, estrechamente cercanos entre sí ([40]): el código genético eucariota (al que se designa como estándar), y el código compartido por la mayoría de los organismos celulares, esto es, el código de las bacterias, las arqueas no-eucariotas, las mitocondrias de todos los eucariontes y a su vez el código de los cloroplastos de las algas y las plantas. Lo que consituye un bello guiño evolutivo de la evidencia del origen endosimbionte de estas estructuras subcelulares.