10.4 Evidencias del modelo IDP-ABO
Los virus SARS-CoV son virus envueltos. Lo que significa que roban la membrana celular una vez el virión es ensamblado y liberado de la célula que infecta. Pero el virión no solo escapa con parte de la membrana del huésped, que porta lípidos con antígenos ABO según el genotipo del huésped, sino que también hurta las proteínas de membrana, que yacen junto a la famosa proteína Spike. Estas últimas, al ser sintetizadas en la célula huésped, sufre, adiciones del antígeno ABO del huésped (Figura 1). En otras palabras, los SARS-CoV circulantes se pueden clasificar por su tipo sanguíneo. Si el grupo sanguíneo del huésped es A, los viriones que se producirán en esta persona serán A; de ser O el grupo sanguíneo, el huésped generará viriones tipo O (sin antígenos).
Al igual que en las transferencias sanguíneas donde se le denomina al grupo sanguíneo O como donor universal, el virión no generará una reacción inmune innata e inmediata en ningún otro huésped independiente de su tipo sanguíneo. Lo que lo convertiría a este grupo sanguíneo en dispersores universales. Pero al mismo tiempo serían los menos susceptibles, ya que los individuos con dicho genotipo generan anticuerpos contra los antígenos A y B, lo que permite también reconocer fácilmente viriones adornados con estos grupos. El caso opuesto lo constituye los receptores universales o el grupo sanguíneo AB, que al producir los dos antígenos A y B, no producen anticuerpos contra ninguno de ellos. Por ende, pueden recibir cualquier tipo de sangre y a su vez, ser los más susceptibles de recibir viriones de cualquier tipo; pues el virión burla esta primera respuesta inmune.
La principal evidencia de la presencia de los grupos ABO en la proteína Spike de tanto de SARS-CoV-2 yace en estudios estructurales, en los que se ha caracterizado el rol anti-inmune de los glúcidos en la proteína Spike del SARS-CoV-2 ([48]). Pero este no fue el caso para los autores del primer estudio, empleando el virus afín SARS-CoV-1 ([49]), a la conclusión de que la proteína Spike de SARS-CoV-1 presentaba glicosilaciones tipo ABO se llegó a travez de un fantástico diseño experimental (Figura 4), mediante análisis de citometría de flujo y microscopia confocal: